El 30 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Seguridad de la Información, una fecha ideal para hacer una pregunta clave: en un contexto donde la transformación digital avanza con tanta rapidez, ¿estamos realmente protegiendo nuestros datos? Este es un momento oportuno para reflexionar sobre la importancia de la seguridad desde el diseño (secure by design).
Con frecuencia, las organizaciones creen que la ciberseguridad se resuelve instalando un firewall de última generación o el antivirus más completo del mercado. Pero aunque la tecnología es esencial, en Amisoft tenemos claro que la primera línea de defensa no es un software: son las personas.
El factor humano: el eslabón decisivo
Los estudios actuales muestran que buena parte de las brechas de seguridad no ocurren por sofisticados ataques técnicos, sino por errores cotidianos: una contraseña débil, abrir un enlace de phishing o ignorar una actualización pendiente.
Digitalizar procesos —ya sea en un organismo público o en una empresa privada— implica asumir una responsabilidad mayor. No se trata solo de usar la nube, sino de usarla con criterio y cultura de seguridad.
4 hábitos para construir una cultura de seguridad sólida
La seguridad no es un producto, es una práctica. Estos son cuatro pilares que aplicamos en nuestros desarrollos y que toda organización debería adoptar:
1. La identidad es el nuevo perímetro (MFA)
Las contraseñas ya no bastan. La autenticación en dos pasos (2FA) en correos, plataformas internas y servicios bancarios debería ser un estándar. Es una de las barreras más simples y eficaces contra el robo de credenciales.
2. Actualizar no es “perder tiempo”
Ese aviso de “Actualización disponible” es, en realidad, una puerta que se cierra a los atacantes. Los sistemas sin mantenimiento son el blanco favorito de quienes buscan vulnerabilidades. Mantenerlos al día es protección directa.
3. El principio del “mínimo privilegio”
No todos necesitan acceso a todo. Una gobernanza de datos adecuada garantiza que cada usuario solo acceda a lo necesario para su rol. Así, si una cuenta se ve comprometida, el impacto se reduce drásticamente.
4. Escepticismo saludable
La ingeniería social ataca la confianza, no la tecnología. Instaurar la práctica de preguntar “¿Esta solicitud urgente es realmente legítima?” puede evitar transferencias indebidas, fugas de información o accesos no autorizados.
Seguridad desde el diseño (Secure by Design)
En Amisoft, entendemos que la seguridad no es una capa adicional que se incorpora al final, sino un principio que debe estar presente desde la concepción misma del software. Este enfoque coincide con lo señalado por el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE):
Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), el enfoque “Seguridad desde el diseño” consiste en integrar controles y buenas prácticas de ciberseguridad desde las primeras fases del desarrollo, garantizando que el software sea seguro por defecto y no únicamente mediante medidas añadidas al final del proceso.
(INCIBE, “Seguridad desde el diseño: asegurando el software desde su concepción”, 2022).
Cuando digitalizamos procesos críticos o integramos sistemas complejos, seguimos este principio como parte esencial de nuestro trabajo. Porque para nosotros, la eficiencia operativa solo es sostenible cuando está respaldada por un diseño seguro desde el origen.
Conclusión
En este Día de la Seguridad de la Información, la invitación es simple:
Mira más allá de las herramientas.
Revisa tus procesos, forma a tus equipos y recuerda que la seguridad es un activo estratégico, no un gasto.
¿Quieres avanzar hacia sistemas más seguros, modernos y alineados con las mejores prácticas? Hablemos.